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Concierto XXV Aniversario. Iglesia de Santa Lucía

«Volarás, pensamiento mío…». Este verso anónimo al que puso música Mateo Rome-ro, conocido como Maestro Capitán por su buen hacer y la admiración que des pertó en su época, abre uno de esos tonos humanos perdidos por los cancioneros españoles del S.XVII que la Camerata tanto ha contribuido a recuperar y difundir por toda la geografía hispana y más allá de nuestras fronteras. Ese recurso al vuelo, esas notas distribuidas en una prolongada línea musical ascendente (¡qué simples y hermosos los recursos del primer Barroco para casar texto y música y dibujar poemas con sonidos!) puede servir también para hablar de los primeros pasos, de las primeras ilusiones nacidas con la llegada de Lynne Kurzeknabe a Santander, de los primeros esfuerzos para otorgar rigor y fuerza a la música, de los orígenes de un coro en el que todavía queda alguna de las voces originales.

Diciembre de 1973: la prensa se hace eco por vez primera de la presencia en Santander de una musicóloga norteamericana, de amplia trayectoria profesional, que recién llegada de Alemania está dando los primeros pasos para la formación de una Coral Universitaria. En el periódico, junto a Lynne, varios estudiantes de la recién nacida Universidad de Santander: M Ángeles Cavia, Juan del Rosal y Alfonso de la Torre. También estaban en la empresa Íñigo Presmanes, Antonio Arredondo, Mary Sol Diego… Algunas de las expresiones de Lynne recogidas por el periodista son ya casi un programa de trabajo perfecto para todo lo que sucedió a continuación: «Yo quiero enseñar a la gente a cantar bien», «El mayor problema es convencer a la gente de que puede cantar» y su obsesión por entusiasmar a los coralistas, por convertir el trabajo coral en un placer, en un taller donde la música fluya, permita apreciar los progresos y deje que el móvil didáctico, sin duda el esencial en ese momento entre los objetivos de Kurzeknabe, vaya impregnando a los miembros de la coral de manera casi inadvertida

Es este uno de los momentos de mayor actividad de Lynne. Se pone en contacto con los profesores del Departamento de Música de la Escuela de Formación del Profesorado de EGB.

Antonio Rubio y el recientemente fallecido Miguel Ángel Samperio, y sola o acompañada, en pieza a dejarse caer por la prensa a veces ejerciendo la crítica musical, a veces promoviendo cursos de formación de profesores, para mejorar la enseñanza de la música en las escuelas (como el celebrado en las instalaciones del Colegio Tagore en 1974), el anuncio de la creación de la Escuela Monteverdi, destinada a crear cultura musical y educación de la sensibilidad artística en un sentido amplio, la creación del Estudio de Música Kurzeknabe, con un avanzado programa de estudios que incluía la educación de la voz, la práctica instrumental con flauta, guitarra y piano, complementada con la del conjunto instrumental, o, como una auténtica y sorprendente novedad, la creación de la Orquesta Infantil Santanderina, producto de su trabajo con niños de 7 a 12 años aplicando el método Orff, que con un instrumentario basado en la percusión se presentó dentro de las actividades del Cine Club Infantil Kiwi.

La personalidad de Lynne Kurzeknabe nunca ha eludido los temas más delicados y la sinceridad en la expresión de sus convicciones musicales llegó ha hacerse proverbial durante su vida en Santander. Ya en estos años, 74 y 75, en sus apariciones en la prensa alzará la voz para denunciar que «Santander está muy verde en música y proponer el modelo alemán como camino a seguir para la enseñanza de la música.

En cualquier caso, sus preocupaciones por la pedagogía musical seguirán adelante, con constantes cursos de técnica coral, el taller musical desarrollado en la Universidad dentro de las actividades de la Escuela de Formación del Profesorado de EGB (1977) o más recientemente los cursos desarrollados para la formación de maestros especialistas en música en los primeros años de la década de los 90, dentro de un convenio Universidad-MEC. Una vocación por la enseñanza musical que resulto contagiosa, ya que dentro de la Camerata han cantado y se han formado no pocos jóvenes procedentes de otras disciplinas que hoy se dedican a tiempo completo o como complemento de sus actividades profesionales a la enseñanza de la música en centros escolares de primaria y secundaria y en conservatorios, así como a la crítica musical (a título de ejemplo Carmen Gutiérrez, Mariano Calvo Díez, Miguel Santamaría, M° Paz Hevia, Elena Umbría, Regino Mateo, M° del Mar Fernández Doval, Rosa María Conde, Julita Martín, Lines Castillo…).

Concierto XXV Aniversario. Iglesia de Santa Lucía. Santrander, 17 de diciembre de 1999.

D. Ramón Sáez de Adana

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